La cuarta y supuestamente última
entrega de la saga REC no pasará a la historia. Es triste si
pensamos en como empezó. La primera entrega que fue una verdadera
lección de found footage, con unos tiempos bien repartidos, unos
personajes creíbles en un entorno cargado de costumbrismo, con
algunos toques de comedia que no desmerecían un conjunto de terror
con algunos sustos muy buenos, aprovechando al máximo el realismo
del formato y sus posibilidades en cuanto a ocultar y mostrar. La
segunda parte cayó en picado. Demasiado pendiente del final satánico
de la anterior y con una ambición multicámara que rompía toda la
inmersión que se había conseguido inicialmente. Después de
aquello, los directores, Paco Plaza y Jaume Balagueró, se
repartieron la saga. Plaza optó por una tercera parte mucho más
lúdica, aprovechando los elementos de comedia costumbrista que
habían marcado la primera entrega y llevándolos más allá, a la
broma y al esperpento. Además, utilizó la fórmula del found
footage solo durante la primera mitad de la película, rompiendo con
la esencia del título que ya había perdido bastante sentido en la anetrior entrega. En cualquier caso, fue una película muy
divertida. Balagueró ha sido el encargado de esta cuarta entrega,
más continuista con la segunda parte, manteniendo la trama y con un
tono mucho más serio y ya libre de todo estilo de grabación en la
escena.
Decía que no pasara a la historia, pero tampoco creo que deba hacerlo como un ejemplo de fracaso. Si bien esta entrega está muy lejos de las bondades de la primera o de la diversión de la tercera, no deja de ser una entretenida película de serie B con ritmo y bien ejecutada. Balagueró rueda bien, eso ya lo sabemos, y el guión es suficientemente sencillo como para no caer en demasiados vicios. Quizá falle el punto cómico de unión con la anterior, la señora, que resulta demasiado forzada en su intento de hacernos sonreír.
Una idea sencilla y original, la cuarentena en un barco, que hace que la película no se disperse y sea una acción muy concreta. Se agradece recuperar a Manuela Velasco, y en general, todo el reparto funciona. Y lo que se agradece de verdad es que la saga se acabe ya, porque no da para más. En todo caso, he pasado un buen rato comiendo palomitas y bebiendo cerveza, que por otra parte, era exactamente la intención de su director.