Precisamente el final de Hancock es lo que me ha sorprendido, ni hay monstruo ni moralina preciosa, simplemente un giro que a mi entender es un error, no por el motivo del mismo, sino de la manera en que sucede. La comparsa de Charlize Theron, no lo es tal en el guión pero sigue siéndolo en el film a pesar de las motivaciones del personaje, que se limita a cabrearse y enfrentarse en una pelea sin sentido destrozando muchas más inmuebles tratando de demostrar poco a su amor de toda la vida, nunca mejor dicho. A partir de este momento, incluso en la mesa de operaciones el film se ha perdido en mi mente, no lo he disfrutado.
Esto no quiere decir que en los primeros 45 minutos me haya emocionado, pero al menos estábamos hablando de un film menor con atisbos de divertimento, que exagera y abusa del digital efecto, pero sin más, después de descompone y punto. A pesar de un nuevo acierto de Will Smith, bien en su papel, su amigo Jason Bateman es poco menos que un chiste andante, sobre todo en la escena en la que se entera de todo, muy mal, y la culpa no es suya, el acierto con la elección de este papel debe de haber sido absolutamente por dinero ahora que las cosas le van bien.
Menos de lo que pensaba muy poco aprovechado, el film podía haber seguido otros derroteros más mortales, donde la moralina también hubiera tenido sitio, y listo, pero así, no juega ni a divertido héroe, ni a genial monumento de film de familia, ni a excelente giro de sorpresa que todos admiraremos como una lectura distinta de estos personajes poderosos.