Ópera prima de Rian Johnson que causó sensación en el Festival de Cine de Sundance del 2005, llevándose el Premio Especial del Jurado. La buena estrella le ha seguido a esta película también al Festival de Sitges, en el que ha conseguido alzarse con el Premio Revelación al Mejor Director.
En definitiva, cine independiente, pero no rabioso, sino más bien académico, que ha llevado a esta película a una cita entre el noir más tradicional y el cine de institutos más casta de los 90.
Una mezcla que en condiciones normales me daría grima, pero algo tendrá el agua cuando deciden benedecirla con tanto fervor.
Para mí era una cinta largamente esperada, y ya llega mi oportunidad.