Cuando la industria de la animación apuesta claramente por los gráficos 3D, Miyazaki ("El viaje de Chihiro", "La princesa Mononoke" o "Guerreros del viento") sigue empeñado en que las dos dimensiones aun tienen que dar para mucho. Y la verdad es que con ese talento no se le puede negar que sea cierto.
Universos propios y belleza delicada y detallista. La vieja escuela que se atreve a utilizar también las nuevas técnicas informáticas, pero siempre sin perder su esencia artesanal. No buscan ser más realistas, tan sólo crear su arte particular que no tiene por qué estar en consonancia con las imágenes reales.
En esta ocasión, un castillo ambulante, como manda el título, nada más sugerente. Una ambientación montañosa, casi de "Heidi" (que también dirigió en su día), con grandes espacios abiertos a un horizonte de brisa de hierba fresca. Veremos si la historia también está a la altura.
Y no mucho más que decir, aquellos que hayan disfrutado anteriormente de este gigante de la animación tradicional que no dejen pasar esta posibilidad de verlo en pantalla grande para apreciar los cientos de detalles que seguramente poblarán el metraje.