Crítica de la película La Clase por Olmo

Hace unos años el cine francés nos regaló un tesoro: Ser y tener. Un documental y trabajo de campo a la vez sobre el proceso de aprendizaje de unos niños entre dos y ocho años en una escuela típica francesa. Colorear, escribir, hablar, sumar eran los contenidos de un guión sencillo discípulo del proceso de descubrimiento del mundo de los recién llegados. Una perla. En esta ocasión estos chavales han crecido y Entres le murs muestra la dos caras de la enseñanza: la del maestro y la de los alumnos. Y a la vez la la actualidad francesa, la multiculturalidad, la diversidad de razas, el sentimiento nacional, el interés por los estudios. Carne suficiente para ofrecernos un material dependiente de un guión que no flojea, que camina hasta dos horas seguidas sin parar. Debates, discusiones, prejuicios, en definitiva, la clase por la que todos pasamos un día. Más o menos intensa en contenido pero al fin y al cabo una clase.

La cinta no es merecedora de tantos elogios y ni siquiera de esa Palma de Oro que recibió en Cannes. Es un producto nacional, lo sé, y de gran calidad, también lo sé, pero al fin y al cabo es un docudrama, mejor que otros pero un docudrama. Gran intensidad de ritmo, se ha ido paseando por un curso escolar y la dificultad de alumnos y profesores. Un experimento que mide a la sociedad francesa como lo que es, my diversa y crítica. El último segundo de la peli y ese plano de las sillas en distinta posición unas de otras es la gran metáfora de Entre les murs. La educación francesa actual está de capa caída. Aviso a navegantes.