Las ideas no es que estén agotadas, porque en el fondo me parece original que hayan tomado este camino para poder continuar con la saga, pero se vuelve tan retorcida y tan enrevesada que sólo veo posible que los más fervientes seguidores de esta saga comprendan en toda su magnitud esta última entrega. Y así, mal vamos. Aunque también hay que reconocerles, que el tiempo se pasa volando y es entretenida, que hoy en día, es mucho más de lo que dan otras películas de terror. Y por supuesto, asco, mucho asco.
Lo peor de todo desde mi punto de vista, es que los puzzles y las torturas ya no son tan elaborados como antes. Ya no impacta tanto ver a las víctimas tomar esas decisiones que salvarán su vida. El aspecto psicológico queda bastante desvirtuado, ya no se bien si por tantas que hemos visto ya o porque en esta ocasión no se toman tantas molestias en devanarse los sesos para conseguir impresionarnos.
La película empieza sin embargo de diez. La autopsia a Jigsaw, digna de revolver el estómago del mas preparado, nos corrobora su muerte en Saw III, por si acaso a alguno se había quedado con la duda. Y he aquí el empiece trampa. Tras hacernos creer a todos que los hechos que se suceden después son posteriores a esta autopsia, llega el ya mítico en esta saga final sorpresa, mostrándonos no sin dificultad para entenderlo, que todo Saw IV discurre paralelamente en el tiempo a Saw III.
Y con esto, mas que despejarnos las dudas, nos crea muchas mas nuevas, dejando el camino despejado para Saw V. ¿Por qué el personaje de Costas Mandylor es el nuevo discípulo de Jigsaw? ¿O por el contrario sólo es otra de sus víctimas? ¿Qué ponía en la carta de Amanda? ¿Dónde está la niña secuestrada en Saw II? Sucia treta para mantenernos pendientes de las próximas películas.
Como no podía faltar, también se hacen referencias al pasado de Jigsaw por medio de su ex-mujer. Si anteriormente nos habían hecho creer que Jigsaw había empezado con sus torturas cuando se le diagnosticó el cáncer, retrocedemos mas en el tiempo para descubrir que en realidad fue la pérdida del bebé que esperaban por culpa de un drogadicto lo que despertó el instinto asesino y justiciero del personaje de Tobin Bell. Claro, esta inclusión era necesaria para dos cosas. La primera para preparar el camino y poder mostrarnos en el futuro mas juegos macabros de Jigsaw anteriores y la segunda para rellenar minutos y alcanzar los noventa justitos que tiene.
En resumen, no es predecible, porque se siguen escondiendo ases debajo de la manga como buenos tramposos, lo que no nos impide querer volver a jugar una nueva mano. Pero si que se ha perdido ese componente esencial de ser frescos y diferentes, con la sensación de mas de lo mismo otra vez. Un producto que ya se ha convertido en esencial para los fans, que esperaremos el estreno de la siguiente parte, pero totalmente prescindible para el resto.