Año 1215, medievo. Así a priori los amantes de la época histórica parecen sentirse interesados y el espectador medio, sin preferencias, puede que hasta se asome expectante. Yo, miro de reojo, porque su director, del cual pude ver su anterior film Minotauro, aunque no hizo del todo un mal trabajo, se conformó con poco o no le dejaron hacer más.
Buena ambientación y muchas frases chiste es lo que espero. Parece que se puede tratar de la típica película con un héroe y un villano tan caricaturizados que acaban por ser de cómic, como irreales, con cierto todo de frasecilla fácil. Temeroso de esta posibilidad no creo que me acerque a esta película aspirante a de acción en un lugar de los siglos que no corresponde con su ritmo vitalista y aleccionador.
La curiosa presencia de Paul Giamatti (El mundo según Marney) en uno de los papeles clave lucha contra la idea de ver al fuertote de James Purefoy (Solomon Kane). Sin fuerza, sin verosimilitud parece un producto de consumo rápido, y no niego que exista mucho público para ella, pero de poco atrevimiento por mi parte para recomendarla. Muy sospechosa.