Se nota que Cerdá tiene mano en la dirección. Seguro que sus cortometrajes anteriores son muy buenos – si son lo suficientemente cortos. Se nota que ha sido influenciado por mucho cine reciente de terror, y posiblemente por otro no tan reciente. Pero lo que también se nota es que no tiene demasiada idea de por donde le da el viento a la hora de escribir un guión.
Apenas hay un poco de historia para el principio y otro poco para el final. Como relleno central una serie de momentos rutinarios e interminables con sustos a base de quien hace más ruido y quien deslumbra más al espectador. Deslumbrar no con la excelencia, hablo de la primera acepción de deslumbrar, pegarnos unos fogonazos de luz para ver si a base de dolor de cabeza pasamos un poco de miedo.
A esta rutina se une una precariedad patente, de nuevo, como ocurría en “Right at your door”, tenemos dos actores en una casa aguantando toda la película, y como en la otra, mucho relleno para conectar un inicio y un fin que muy bien podían haberse quedado en el nuevo cortometraje de Cerdá que yo habría visto tan contento.
Buena calidad de imagen, textura, ambiente, pero al final todo es una especie de imitación de cine americano de terror pero con peor guión incluso, que es lo que se viene haciendo en los últimos años en España, en el apartado de terror. Aun nos quedan muchos plomos por tragar, espero que toda esta experimentación española sirva para evolucionar.