A poco que sepa el lector de qué va la película y a poco que haya visto psicothrillers alguna vez, creo que puede imaginarse cuál va a ser el final de ésta película. Dado que en precríticas no desvelamos la trama de la película y menos todavía el final, no seguiré hablando de ello. Pero quiero dejar claro que 88 mintuos es, sobre todo, una película terriblemente trillada que no creo que me deje sensaciones muy diferentes a las que ya me dejara un bodrio como Naboer.
El mayor problema es que éstas películas sirven a sus perpetradores como coartada para tomar al espectador por idiota. Para que un giro de guión funcione bien como golpe de efecto y el espectador no se sienta engañado tiene que estar perfectamente justificado. Por eso rara vez se dan casos como el de Sospechosos habituales, El club de la lucha o El sexto sentido. Porque es realmente difícil colarle al espectador éste tipo de giros si durante toda la película no has ido urdiendolo y preparándolo a conciencia.
Mucho me temo que en éste caso estaremos ante uno de esos psicothriller barato y poco creíble que tan cabreado le hace salir a uno del cine.
El que avisa no es traidor.