Jean-François Davy se dedicó a rodar todo tipo de porquerías durante los años 70. Aguantó un par de bodrietes más en los 80 y se retiró. ¿Se retiró? No, ahora vuelve para añadir otra peliculilla barata a su filmografía, lo peor es que podrá decirse que se encuentra entre sus mejores trabajos.
Se trata del típico esquema de excursión aventura con niños, tan trepidante como soporífera. Destinada a los más jóvenes y/o menos exigentes, para que pasen un buen rato, como si estuvieran leyendo una novela de Los cinco, pero peor, con menos gracia.
Aunque la película es francesa, no viene a cuento que me ponga ahora a hablar de cine francés, porque productos de carrerilla como este se hacen igual en todos los países. Son baratos, sin estrellas, sin necesidad de un buen guionista ni mucho menos un buen director, con un aspecto técnico bien justito y optimizando recursos, de lugar y de equipamiento, para que gastarse lo mínimo.
Creo que no tiene demasiado sentido ir a verla al cine. Si queremos llevar a los críos al cine tenemos todo tipo de ofertas ahora en navidad. Que se haya estrenado en España ya me parece sorprendente.