Ésta película se vende por si sola. Por un lado tenemos el universo personal de los Cohen. Ese universo lleno de grandes personajes secundarios y de grandes pequeñas historias. Y, por otro lado, tenemos a un Bardem en plena forma interpretando a uno de esos personajes.
Me da a mí en la nariz que ésta es una de esas películas donde no pasa gran cosa y donde lo interesante es la sicología de los personajes, su personalidad, su caracterización... los pequeños detalles.
No sé si los Cohen dan para mucho más de lo que ya conocemos. Al parecer han hecho la mejor película del año, pero dudo que me vaya a gustar más que sus anteriores trabajos. Seguramente se trate de lo mismo, aunque algo más refinado.
Sea como fuere, Bardem y los Cohen forman un tandem imprescindible. Yo no me los pierdo.