Rob Epstein y Jeffrey Friedman son los máximos responsables de una cinta que se centra en la figura real del escritor Allen Ginsberg. A Ginsberg le conocemos, vale, pero no a Epstein y Friedman.
Son dos tipos con muchos años de trabajo en el género documental; por ejemplo, por su mirada clínica ya han pasado nombres como el de Harvey Milk (a la sazón personaje protagonista de la película de Gus Van Sant). En aquella cinta de Van Sant estaba, casualmente, uno de los chicos de moda, James Franco, que acompañaba a Sean Penn, estrella de la función.
Aquí, sin embargo, él es el rostro y nombre principales, dando vida a Ginsberg. Y mucho me temo que ese será el principal atractivo de la cinta, junto con el trabajo de Jon Hamm, que tiene un papel jugoso: El abogado de Ginsberg. Quien más, quien menos, ya conocerá el polémico y famosísimo juicio por obscenidad al que fue sometido Ginsberg por su poema Aullido (que da título a la película). Ya tenemos leit motiv, pues.
Decía que mucho me temo que el máximo interés radicará en el trabajo actoral ya que, si no me equivoco en demasía, me parece que el fácil posicionamiento moral al que un hecho como éste probablemente empujará a los directores (y guionistas) no puede ser más que un lastre. Una losa narrativa. Y eso con dos directores que vienen del documental. Pero creo que no me equivocaré.
Con todo y con eso, puede que estemos ante uno de los títulos interesantes de esta temporada.