Como indica el título, estamos ante una película basada en un hecho real y verídico. Pamela Gray, la guionista, ha trabajado largamente en este proyecto sobre la figura de Betty Anne Waters, una mujer que se enfrentó a todo el sistema, una de estas historias que tanto gustan en Hollywood, pero que tantos problemas ha tenido para armarla y conseguir sacarla adelante.
Finalmente, el film se hace a través de una producción independiente que se sostiene en torno a Hillary Swank, ¿quizá buscando un nuevo Óscar?; Sam Rockwell, acostumbrado a embarcarse en películas pequeñas e interesantes como Moon; o Melissa Leo, conocida por Frozen river y que este año también tiene papelón en The fighter.
El director de la película es Tony Goldwin, al que nadie conocerá por su trabajo como director, ya que se ha dedicado básicamente a la televisión, pero sí como actor, siendo su papel más representativo el de malo de Ghost.
Con todo, una película que estará muy bien interpretada y que le faltará garra, con tendencia al telefilm y que no tendrá el impacto ni la fuerza de Erin Brokovich.