Parece mentira que, a estas alturas, en pleno mes de abril, cercano ya mayo, de 2006, sigan produciéndose y distribuyéndose estúpidas peliculillas sobre la parejita de rigor que no se tragan y no se aguantan desde que se conocen en los primeros compases de argumento y acaban siendo una parejita feliz en la última lata de película, no sin antes pasar revuelos y aventurillas sosonas y que aspiran a engarzar gag con gag, sin generalmente conseguir eso que todo gag persigue: la carcajada. Por supuesto, todo ello escanciado con azúcar a descontrol, sin medida, sin límite, con empalagosas declaraciones y vomitivas miraditas vacuas e inservibles. Ojos que sí se merecen un escupitajo. No los nuestros.
De estas que describo hay a miles y, repito, no entiendo que a estas alturas se sigan haciendo. Aquí tenemos una más. Justo eso: una más, otra más. Qué horror. Quizás es que estas películas tienen su público y haya cierto sector que, una tras otra, se las siguen tragando. Esas mismas personitas que obedecen sectariamente cuando, con toda su desfachatez, Antena 3 anuncia por enésima vez Pretty woman y añaden un descarado e irrespetuoso (pero premonitorio): "La vas a volver a ver". Y la vuelven a ver.
Supongo que no es ese público el mismo que el nuestro. Al menos, el mío. Una vez más, basura por contrato.