Una cosa es clara, esta película es inteligente, moderna y destacada, así como calculada al milímetro para triunfar en taquilla, Guillermo del Toro (el creador de El laberinto del fauno que no pudo como mejor película extranjera en los Oscar con La vida de los otros) está detrás secundando. Pero apartando esto, muy loable y tal y tal, pensemos en lo que se nos ofrece. Una mezcla, y no por ello mala.
Esta película tiene la apariencia de un borracho, embriagado de muchos estímulos, ¿Alejandro Amenábar?, ¿el director mexicano antes mencionado?, ¿el espíritu del miedo con toques de lloriqueo y sorpresa final?, ¿quién sabe?. Pero una cosa está clara, es interesante. La duda es si es tan sólo un risueño chisposo que hace gracia y gusta en su justa medida de alcohol, o termina por pasarse de copas y puede con nuestra paciencia y tolerancia.
Precisamente de esto quiero hablar, del nivel de tolerancia que estoy dispuesto a permitirle a Juan Antonio Bayona, que es bastante, porque a una película española tal y como están las cosas hay que apoyarle cuando al menos parecen hacerse las cosas bien, o con profundidad, aunque sea de género. También apoyé a Alatriste. Sí, es verdad, aquella era mucho más pretenciosa.
Por cierto, Belén Rueda (Mar adentro o en la futura Savage Grace) demuestra que tiene atractivo en cámara, que triunfa, y tampoco lo suele hacer mal, tenemos una nueva estrella confirmada, ¿qué pensarán las jovencitas, actrices?.