Ben Affleck funciona mejor como
director que como actor. No es porque su talento en un aspecto sea
superior al otro, se trata más bien de su buen gusto a la hora de
elegir proyecto y equipo. En esta ocasión ha elegido un thriller
político de corte internacional basado en hechos reales. Un tono
serio y con mucho contenido que no se aleja demasiado de sus dos
anteriores trabajos. Además, para no caer en un resultado demasiado
gris, la historia tiene su chispa, con algunos elementos de cine que
aportarán el aspecto más lúdico a la película.
Como decía, no sólo tiene buen ojo
para elegir el tema, también el equipo. Su director de foto es
Rodrigo Prieto, habitual de Iñarritu y de Ang Lee. Creo que
es ideal para mostrarnos los colores secos de Irán. Para la banda
sonora se ha agenciado a uno de los compositores con más calidad del
momento: Alexandre Desplat. Espero una buena ambientación de
finales de los 70 a todos los niveles.
Para el reparto, además de situarse
como protagonista en un papel con el que podrá lidiar fácilmente,
se ha agenciado a dos buenos actores: el genial John Goodman,
y Alan Arkin (el abuelete de Pequeña Miss Sunshine).
Se podrá ver en la sección oficial
del festival de San Sebastián, fuera de concurso, y aunque pueda
considerarse una cierta concesión al glamour (lo habitual en fuera
de concurso) creo que será una elección de lo más digna.