El titular, de una sola palabra, define todo. Para qué más. Eso ha servido para que en USA haya tenido un considerable éxito de taquilla.
Por lo demás, parece mentira que a estas alturas sigan intentando picar la curiosidad de la audiencia con un título con ínfulas de thriller erótico. Por dios, ¡los 90 pasaron! Claro que cuando cierto sector del público yanqui suma las palabras "erótico" y "Beyoncé", probablemente se ponga de lo más palote. Y acuden en masa a mantener su excitación en público: en la sala de Cine.
Lástima que, es evidente, de erótico va a tener poco. Beyoncé no se va a atrever a demostrar sus instintos básicos, y en cuanto a la película... pues eso. ¿Qué esperáis? Filfa.
Dirige un tal Steve Shill, televisivo director que prepara un remake-telefilm de (al loro)... ¡Ben Hur! ¡Toma castaña! Guioniza un tal David Loughery, plumilla de (como título más "reseñable") esa chorrada indescriptible titulada Asalto al tren del dinero, una de las pelis de acción con peor villano que puedo recordar. De aquellas consiguió mediodespelotar a Jennifer Lopez (cuando no era conocida), pero ahora no le colará con Beyoncé.
Como Beyoncé no me entra por el ojo, paso. Es lo que deberíais hacer todos. Un truñaco que demuestra en qué estado encontramos ahora a nuestra querida cartelera...