Es un poco lo de siempre. La película se resiente mucho porque lleva el automático puesto. El tembleque y el zoom alocado ya está un tanto desfasado, ya ha sido absorbido convenientemente por el cine comercial y ahora no tiene demasiado sentido en una película pretendidamente diferente y en la práctica igual a un género agotado. El cine independiente no está muerto, pero como independiente que es no debe limitarse a reutilizar una y otra vez los mismos mecanismos y estilos, no puede ceñirse a usar una fórmula que funciona.
Eso en general. Ahora en concreto diré que la película vale la pena. Tiene cosas muy buenas. Un protagonista carismático e interesante es su primera baza. Ryan Gosling vuelve a demostrar que es un excelente actor aunque quizá en esta ocasión se excede en su buena actuación por decirlo así. Quizá resta naturalidad el hecho de que quiera realizar una interpretación tan intensa. En cualquier caso se trata de un personaje carismático interesante.
He dicho que la película lleva el automático, pero cuidado, el automático independiente, es decir, a su vez huye del cine comercial, no encontramos las habituales escenas gloriosas de profesor y alumnos, no vemos una evolución en su relación para conseguir metérselos en el bolsillo. De hecho en determinado momento escuchamos a uno de los chavales decir que se hace el enrollado, tampoco está consiguiendo una hazaña épica, es un profesor capaz de captar la atención de sus alumnos y ya. Resulta más realista y menos trillado. También resulta menos definido y menos intenso. La película sabe centrarse en lo que le interesa y nos ofrece algunas escenas memorables como el momento en que le paga las drogas a la chica. Es un film directo y sencillo con un fondo realista.
Pero claro, como digo, también es mucho lo de siempre, en estilo, en formas, en intenciones. Además, aunque no aburre en ningún momento, tampoco termina de atrapar.
Un bello final, en el que los dos personajes se han salvado el uno al otro, pero como siempre, como imposición de género, debe ser sutil y poco tajante. En este cine no se suele acabar con un final. Bien, todo esto tiene sus pros y sus contras, seguir a rajatabla unos mandamientos del buen cine independiente es para mí un gran contra.