Bajo la sombra del tiempo como agente potenciador y movilizador de personajes e historia, One day, la película de Lone Scherfig ha tenido un sabor a amor un tanto atípico igualmente interesante y bajo mi punto de vista presenta una alternativa a los archiconocidos modos de "hacer el amor" a través del cine. De nuevo, el carácter y personalidad de su directora y su experimento de One day aprueba con nota pero sin estar en el podium de las mejores. La cinta plantea la cuestión del amor bajo el prisma del paso del tiempo (simplificado en un sólo día por año) y el curso de los acontecimientos a través de dos protagonistas dinámicos, que progresan sin ser acelerados, que viven, avanzan pero que siguen siendo los mismos que en el año 1988. Ser humano y la vida.
Me gusta este modo de plantear la historia de amor no al uso así como el final dramático que si desde luego quizás no se espera algo tan "caótico" llamémosle se huele a kilómetros que todo terminará como lo que es One day, un episodio de amor que vive por y para el recuerdo. El recuerdo del amor como medida de todas las cosas, incluso la del tiempo.
Aquellos maravillosos 90 y el triunfo del espectáculo, del ritmo acelerado y la conversión de personas formadas en monstruos al servicio del sistema es otra capa que sin duda da calor y da confianza a un espectador que se sumerge bajo este envoltorio que va en el pack junto a sus protagonistas. De estos últimos, una mención especial para Jim Sturgess, a quien pudimos ver en 50 hombres muertos (cinta que recomiendo a pesar del pesimismo inicial de mis compañeros precríticos) en una pedazo de interpretación y en esta ocasión de una manera progresiva crece él y su personaje ofreciéndonos muy buenos momentos. Apunten su nombre porque seguro que se repite en próximas ocasiones. De Hathaway, decir que quizás no ha estado tan a la altura como me esperaba pero está perfecta y en su medida, objetivos cumplidos.
One day, una película romántica y de amor con mayúsculas pero bajo unos estímulos bien distintos que otras nos presentan. One day quiere acompañar al espectador y no le quiere dejar sólo, hacerle reflexionar, perderle en una época "maravillosa", no encariñarse con el chico y compadecerse de la chica. Muy personal y cínica pero sobretodo encantadora en el resultado global. Quizás peca de ser demasiado caótica, gris y jugar al experimento, pero Scherfig es así.