Hace unos años veíamos la interesante película de Walter Selles sobre la juventud del Che, Diarios de motocicleta. En ella no se narraban las grandes gestas del personaje, sin embargo, su viaje en moto por Sudamérica servía para adentrarse en el ser humano detrás del icono.
Mucho me temo que el efecto de la película de Steven Soderbergh va a ser más bien el contrario. Se va a centrar en las contiendas bélicas, en contarnos con detalle los hechos, en buscar el discurso y vamos a perder precisamente al propio Ernesto Guevara. Lo supongo más cerca del estampado de una camiseta que del hombre y su sentimiento interior. Una descripción gris en la línea de otros trabajos del director como Traffic. Soderbergh es el rey de los ejercicios de estilo vacíos.
El punto más claro a su favor es sin duda la interpretación de Benicio del Toro, eficientemente caracterizado. Le valió en Cannes el premio a mejor actor. Me preocupan más algunos secundarios como Unax Ugalde y su papel de cubano. Temo la caricatura.
Una biografía empeñada en los hechos que mueven a los personajes del punto A al punto B, porque así sucedió. Pero esto no es un libro de historia, es una película y me temo que a nivel de interés dramático va a hacer aguas por los cuatro costados. Menos poses heróicas y más trabajo de guión.