Cuando menos curiosa esta película. Sólo por eso vale la pena ir a verla. Supongo que ya está más que comentada su forma: actores reales sobre fondos virtuales, que bien mirado, más que novedad es una exageración de lo que va siendo la tendencia de efectos especiales, véase “El señor de los anillos” que realmente está rodada en un porcentaje considerablemente alto sobre pantalla azul. Así que esto último viene a ser el colofón, y todo un ahorro, dicho sea de paso.
Para compensar lo artificial de las imágenes la película toma una estética muy particular. Una especie de blanco y negro ligeramente coloreado y algo desenfocado. El argumento mantiene una línea ambigua, por un lado ambientada en los años cuarenta, con una imagen claramente homenaje a las películas de cine negro de la época. Por otro lado una especie de ciencia ficción, un futuro como se vería en aquella época, entre Metrópolis y Godzilla. Esto ahora se lleva (fijémonos en “Los Increíbles” que viene a ser el futuro visto desde la óptica de los sesenta).
En conjunto creo que merece la pena verla, pero el guión puede ser flojito y algo aburrido. Por eso se queda en tres estrellas.