Habrá sido durante cinco o diez minutos en los que la esperanza de ver una comedia tonta pero al menos algo entretenida, me ha invadido al principio. La presentación del grupo de amigos que encabeza Mario Casas, aunque demasiado estereotipada, me ha recordado a American Pie, Cero en conducta o Road Trip, títulos americanos que aunque flojos tenían momentos tan estúpidos y exagerados que hacían al menos sonreír. Pero es que ni siquiera el copiar se nos da bien. Falta de ritmo, previsible, aburrida, cargante, con un montaje de corta y pega y con momentos cómicos que avergüenzan, forzosos y ridículos.
En resumidas cuentas Fuga de cerebros es mala, infinitamente pésima, peor de lo que me esperaba, tanto que me parece estar perdiendo el tiempo escribiendo sobre ella. Si esta película está arrasando en taquilla, me pregunto si no tendremos el cine que nos merecemos, porque premiar este tipo de películas, es alentar a que se hagan más como ella.
Seguro que Antena 3, la cadena productora en esta ocasión, tomará buena nota de este éxito y repetirá hasta la saciedad el mismo esquema: ídolos adolescentes de las series de televisión con actores consagrados del panorama cinematográfico de nuestro país que hagan pequeñas apariciones, más un guión que dará igual lo que cuente mientras tenga la promesa de hacer reír y una publicidad que inunde machaconamente a todas horas nuestras mentes. Lo peor es que me temo que volverá a funcionar.