Y con ésta segunda parte Kevin Smith nos termina de contar la historia de estos dos seres marginales.
La película me ha dado exactamente lo que me esperaba y expresaba en la precrítica: una serie de excusas para colocar a los personajes en situaciones donde Kevin Smith pudiera dar suelta a sus queridos diálogos, en una especie de versión bestia del club de la comedia.
La película, como era de esperar, no ofrece nada a nivel de dirección, fotografía o cosa similar, sin embargo hay que destacar el detallito que tiene el amigo Kevin con esa transición del blanco y negro al color tan imaginativa.
Sin ser en ningún momento brillante, se trata de otra comedia romántica, pero ésta vez tratando el amor no convencional, como ya hiciera en Persiguiendo a Amy.
Esa rebeldía ante lo establecido, y esa representación de Star Wars versus El señor de los anillos, es la que hace de Kevin Smith un tío imprescindible, pese a que parece que nunca llegará a nada más ....