Crítica de la película Intruders por William Munny

Todo lo que ha hecho Juan Carlos Fresnadillo me ha gustado hasta ahora, y no es que sea demasiado, pero Intacto y 28 semanas después, son tan equilibradas y osadas con guión y cámara que dan pie a pensar que elige pensando mucho los balances de sus posibilidades y pasiones.

En esta ocasión hablamos de un suspense tirando al miedo, en una trama de esas de qué coño pasa aquí mientras me inquieto ante lo que ocurre en pantalla. Si la gran industria a confiado en él, es porque ha demostrado tener talento y buenos trazos con una cámara moderna que trata de salirse de lo convencional pero sin crear estragos difíciles de digerir. Es posible que en esta ocasión todo el conjunto sea menos original que el resto de sus realizaciones, pero el mérito es indudablemente indiscutible.

Clive Owen (Duplicity o Solo ellos), que parece va a llegar al Festival de San Sebastián abriendo el prestigioso evento cinematográfico, es el gran valuarte de la película al menos a ojos de la prensa, pero yo creo que esta película va a estar por encima de su actor principal eclipsando sus dotes a veces poco ciertas de actuación. Acompañan Daniel Brühl (Malditos bastardos) y Pilar López de Ayala (Lope), el primero siempre ideal para lo que le proponen y la segunda desaparecida pero parece que dispuesta a dar otro salto en su carrera.

Película comercial, de esas de sustos, pero nada obvia y más talentosa de lo normal en su género, eso es lo que espero, un poco de trabajo serio que nos lleve algo lejos de la senda del estereotipo y que nos deje recorrer los minutos con algún aliciente.