Hay tres razones y sólo tres para ver esta película.
1: Lasse Hallström: Ya lo saben las distribuidoras, cuando te anuncian la película te lo dicen, «del director de “las normas de la casa de la sidra” y “Chocolat”» aunque no dice que también lo es de “Atando cabos”, esa película que si no recuerdo mal Munny estuvo a punto de incluirla en el primer finde precrítico. Quizá porque esta última sea menos comercial.
En cualquier caso, este director hace películas que a mí personalmente me gusta, y por lo que se desprende de la publicidad, a un sector importante de la sociedad también. Así que aquí vamos a tiro hecho, ¿nos gusta o no nos gusta? Yo discrepo con Hypnos en aquello de la mirada fría. Yo creo que es serena, tranquila, sí, pero fría no.
2: Morgan Freeman. Está comprobado que este hombre no es precisamente garantía de calidad, pero sí es un actor como la copa de un pino que le da una prestancia inigualable a sus personajes. Da gusto verle trabajar.
3: Robert Redford, el mito. Siempre queda bien en pantalla. Hace que los fotogramas pasen más despacio, y lo digo como algo bueno. Al igual que con el anterior, no se puede decir tampoco que sea un sello de calidad, pero tampoco que se apunte a cualquier cosa. Y tiene pinta que esta película no la ha hecho por dinero.
Si no fuera por estas razones, básicamente por la primera, no me llamaría la atención, al menos por las imágenes que he podido ver.