Recuerdo perfectamente la sensación en mi pecho al salir del cine tras ver “La vida es bella”, pero soy incapaz de definirla exactamente con palabras. Una mezcla de tristeza, alegría, esperanza, lástima y optimismo me golpeaban sin parar. Estuve horas hablando de ella, y gritando por las calles: “¡María , la llave!”...
Al ver que Benigni vuelve a las pantallas (olvidando el descalabro que debió resultar Pinocchio, la cual no he visto), la ilusión de rememorar aquella sensación, es difícil de ocultar. Esta cinta tiene tantos puntos en común con “La vida es bella” , y aunque se que es muy difícil repetir ese éxito (ganó dos Oscar, a la mejor película extranjera y mejor actor, pero estuvo nominada a cinco mas, entre ellas mejor película, director y guión original) , que no puedo evitar anhelar verla.
Roberto Benigni (El monstruo, Johnny Palillo) vuelve a dirigir y protagonizar, y el guión vuelve a escribirlo junto a Vicenzo Cerami (Manual de amor).
En el reparto lo acompaña, como siempre, su musa, su esposa Nicoletta Braschi. La novedad está en el resto de actores, contando con el siempre correcto Jean Reno (El imperio de los lobos, Leon el profesional), Emilia Fox (Secretos de familia) e interpretándose a si mismo, el compositor Tom Waits (Coffe and cigarretes)
La banda sonora recae de nuevo en Nicola Piovani,(La habitación del hijo, Nowhere) , que obtuvo una de las nominaciones al oscar aquel año.Que maravilla , era enternecedora , evocadora de profundas sensaciones.
Con todo esto, espero otra gran comedia romántica, con tintes dramáticos en la historia. Seguro que este mago de los sentimientos, mezcla con naturalidad situaciones que te hagan reír y llorar a la vez. La alegría y la tristeza ,que tantas veces se juntan en nuestras vidas, enseñándonos, que la esperanza es lo ultimo que debe perderse.
A Javi.