Marc Forster es un atípico director. Su nombre es sinónimo de reputación en Hollywood, si bien se le permite hacer casi cualquier rareza que se le ocurra. Además es un director muy prolífico, como lo demuestra el hecho de que haya dirigido tres películas en los últimos tres años: Descubriendo Nunca Jamás, Tránsito y esta Más extraño que la ficción.
Los que ya me conozcan sabrán que Monster's ball no me gustó, Descubriendo Nunca Jamás me sorprendió y gustó mucho, y que Tránsito no la compartí.
Este director alemán se ha rodeado para la ocasión de un goloso plantel estelar en el que se combina a uno de los nuevos cómicos de USA, Will Ferrel (Pasado de vueltas), con actores consagrados como Dustin Hoffman (Extrañas coincidencias), pasando por actrices que destacan por su buen gusto eligiendo papeles, Emma Thompson (La niñera mágica), como exponentes del cine independiente comercial como Maggie Gyllenhaal (World Trade Center o Sherrybaby) o Queen Latifah (Chicago o Hairspray).
La dirección no se dedicará sólo a cumplir sino que buscará hacerse notar, en una comedia con mucho de postpostmodernismo y de metacine, en la que los actores asegurarán estar al nivel y sólo quedaría la guinda del pastel: el guión.
Claro que en una película con estas pretensiones, el guión deviene de capital importancia, y es ahí donde creo que la película fallará.
El guionista, Zach Helm, ha recibido varias nominaciones este año por el guión, pero mucho me temo que viene a llover sobre terreno mojado. Y lo peor de esto es que los antecedentes directos encarnados por la pericia del genial Charlie Kauffman no van a sorprender a los que hace tiempo que venimos siguiendo esta nueva tendencia de la comedia.
Ahora bien, Forster me hace repetir con sus películas como el tonto que cae dos veces en la misma piedra. Con mis pretensiones en un nivel cálido estoy dispuesto a no perderme esta pretenciosidad.