El cine español ha tenido en [REC] una de las películas más interesantes de los últimos años.
Resulta sorprendente que precisamente haya sido en el campo del terror y
haciendo uso de un planteamiento puntero, con el punto de vista de la cámara
como parte presente en la narración, cuando nuestro cine no se caracteriza
demasiado por trabajar bien estos aspectos. Un éxito de crítica y de público
que recibió varios premios y se paseó por Venecia. Es inevitable, por tanto, más
por la taquilla que por la crítica, que haya una segunda parte, algo que a
priori no parece necesitar.
Jaume Balagueró y
Paco Plaza se ponen manos a la obra
para buscar una razón para esa segunda parte coherente en todos los ámbitos, historia y
concepto estético-narrativo. En la medida que lo consigan, esta secuela tendrá
mayor o menos sentido. Está claro que es imposible repetir el mismo mecanismo,
cuando ya, por motivos de guión, ha quedado extinto, pero también está claro
que se debe mantener una coherencia, y buscar un nuevo mecanismo que sin ser el
mismo, sea al menos equivalente.
Seguramente lo han conseguido, diversificando los puntos de
vista, aumentando la acción (como suele suceder en segundas partes), incluyendo
nuevos personajes, etc. Es probable que esto diluya la pureza de la primera
parte. Que a fuerza de ser más, sea menos, que pierda intensidad. La sorpresa
de la idea también estará perdida. En cualquier caso, creo que aguantará el
tipo, y estos directores nos ofrecerán un producto de calidad más que
suficiente.
De momento, esta segunda parte ya se ha podido ver también
en Venecia, y no ha tenido mala aceptación. Ahora se está viendo en Sitges y,
paralelamente en los cines de toda España. La taquilla es casi segura, veremos
si la calidad responde como debe.