Yo mantengo siempre una teoría a la que denomino la de la tercera película. No creo nunca que una segunda película sea la reafirmación de una buena primera, ni la consolidación de una carrera. Iñarritu nos presenta su segunda película; a decir verdad, me parece que su primera película fue sobrevalorada. Amores perros tenía grandes momentos de cine, pero excesivo metraje y poca habilidad para mantenerle al espectador en la necesidad de tanto metraje. Pero ya allí nos apuntó varias cosas: le gustan historias desgarradas y desgarradoras, a sentimiento abierto; que ha hecho bien los deberes de Tarantino, y le imita en su afán de buscar esa nueva manera de contar historias (creo que, de todas maneras, aún le queda mucho por aprender); y que tiene un enorme talento dirigiendo, que hace que a los puristas en esto de concebir el cine les den ataques.
Y ahora que está en Hollywood, ¿qué se puede esperar de esta película? Yo creo que más de lo mismo: la historia será dura, la dirección arriesgada y la técnica narrativa será desordenada. Pero, hay algo más. Sí señor, hay una triada de actores que me arrastrarían a cualquier cine con tal de verlos: Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro.
Con todo, una buena ocasión para ir a ver una buena película de cine actual. Comprobaremos cómo le va a Iñarritu en su camino a la consagración o al fracaso.