Ha sido gracias a mi compañero William Munny que me he percatado del próximo estreno de esta película, y, he de reconocer, que, ipso facto, se me ha encendido el deseo de verla.
El primero de los motivos por los que la quiero y considero que debéis verla es por su director: Bent Hamer, de nacionalidad noruega.
Cada día estoy más interesado en el nuevo cine nórdico, y este autor, que ya descubrí con su anterior película "Kitchen Stories", me parece uno de los directores con más futuro de la nueva ola nórdica. Su estilo sutil, existencialista, mordaz y descarnado me parecen dignos de detener el paso y observarlo.
El segundo de los motivos remarca quizá un título excesivamente denso o intelectualoide: Charles Bukowski, un literato olvidado pero que recomiendo.
Ello, unido a un título tan sugerente como Factótum, haga que me decante por este cine, repito, de corte intelectualoide, de gafapasta para muchos, que asegura un producto sugerente a rabiar para las neuronas.