La música cool a cargo de Tarantino. La casquería a cargo de Rodriguez... y también de Tarantino. Grindhouse, Death proof, Planet Terror... como prefiráis, no son difíciles de predecir. Tarantino nos deparará planazos por doquier. Planos secuencia. Todas esas cosas que él tan bien sabe hacer. Rodriguez tampoco es manco pero, claro, al lado de Tarantino sus planos no lucen tanto.
Aunque también creo que es un tío que, dentro de su infinito amor y cariño por la sangre, la caspa y los intestinos, tiene un respeto ligerísimamente mayor por el sentido común y la gramática narrativa más tradicional. A Tarantino todo eso se la suda. En el punto en el que está ahora sabe que le dejan hacer lo que quiera y, tristemente, lo que quiere hacer son paridas con psicópatas persiguiendo a tías buenas o asesinas rubias descuartizando a 88 pringados vestidos de negro. Pues eso.
Lo que no quita que por el camino disfrutemos de varias secuencias sueltas que, seguramente, nos sorprendan gratamente. Del uso que hace de la música. O de algún que otro momento divertido. Y sí, yo no niego que, a ratos, con películas como esta soy de los primeros que puede llegar a pasárselo pipa, pero creo que esta vez la ida de olla va a dejar a Kill Bill volumen 1 y Volumen 2 en una cosita comedida. Se va a pasar de gracioso.
Eso en cuanto a Tarantino. Y Rodriguez pues... bueno, un poquito lo de siempre, últimamente. ¿Verdad?