Un director decantado por los documentales, sabrá expresarnos con la justa precisión y ayudado por nuestra necesidad de estudio de la sociedad china decaída después de tanta vuelta con las Olimpiadas, cómo y qué está sucediendo en ese país tan inmenso e increíblemente poderoso. Los recursos sencillos de varias historias en pantalla serán suficientes para mostrarnos algo que ocurre en una sociedad tan cambiante como la oriental.
Desde el punto de vista puramente cinematográfico la verdad es que no se puede hablar de una gran proeza técnica, pero al menos el mensaje llegará. Qué podríamos decir si los documentales de la BBC estuvieran al lado de un sencillo intento de documentar con imágenes como este. Los amantes del género están de enhorabuena, con un experimento lejos de añoranzas e historias de sensibilidad, porque tienen la oportunidad de acercarse a algo mucho más concreto, China.