Empiezo a pensar que no hay otra razón para ver Black Snake Moan: ver a Christina Ricci jadeando y deseando que le den más y más.
La premisa de la película,en principio, podría dar para mucho más. Lo que pasa es que el marketing de la película está explotando tanto la imagen de Ricci (escandalosamente porno en ésta película) que uno ya se imagina lo peor.
Si ésta película estuviera hecha por Armoni Korine, por ejemplo, pues si que podríamos exponernos a que las duras y destructivas relaciones de los personajes llegaran a herirnos la sensibilidad (para mi regocijo), pero sin embargo, me imagino que lo único que va a pasar es que saldremos de la sala del cine pensando en hacer guarradas con nuestras respectivas parejas y sentirnos los ultramachos (sí, me dirijo ahora a un público netamente masculino).
Para ver cine, elijan cualquier otra película, "para todo lo demás...." ya saben lo que reza el anuncio.