La agradable propuesta infantil que demuestra ser este producto, se acerca muy mucho a lo que una película infantil de los tiempos modernos debiera de tener para ser competitiva. Su alto valor comercial vía efectos especiales realmente conquistadores, su concreción a la hora de entrar en la historia de cuajo y sus artes para dejar moralina sobre el césped continuamente pero sin pasarse, la hacen interesante aunque no pase del umbral de cine de sobremesa y listo.
Por otro lado, la aprición de James Belushi, lento y ramplón, no es más que una anécdota que se lo hace mucho más sencillo a los padres, recordando tiempos mejores de un tipo que ya no se engancha al cine como en un principio despuntó.
Por agradecer los detalles cómicos que tratan de hacer guiños muy concretos a films, además del referente innevitable de Superman en todo momento, como no, hacen de este film un cuadro no tan mal plasmado, muy fácil de digerir y con elementos suficientes como para competir y no en la liga de las tonterías de guión. Sencillez es la palabra mágica.