Si bien podría parecer, por su tono y
su estética, que esto es un drama clásico, con matices de ciencia
ficción, a modo de excusa argumental; yo lo definiría más bien
como una película de ciencia ficción disfrazada de drama. Y es que,
a pesar de su formato clásico y hasta retro a veces, no está tan lejos de
obras del género como Blade Runner o Inteligencia
Artificial.
Lo que menos me interesa es la raíz de
su planteamiento, que se pregunta si tienen alma los clones, o desde
un punto de vista menos espirituoso, habla sobre la humanidad del
clon (y en consecuencia sobre sus derechos, etc.). Este interés, que
comparte con no pocas películas - pienso en la reciente Moon - me resulta muy poco atrayente, por absurdo. ¿Qué particularidad
encuentran los cineastas y novelistas en la figura del clon que le
convierte en un ser tan extraño? Simplemente comparte el código
genético de otra persona (cosa que ya ocurre con los gemelos) y no
está creado a la manera tradicional (la divertida), como por otra parte ya ocurre
con los in vitro. Sin embargo se les achaca todo tipo de propiedades
supersticiosas (como en la infame El enviado). El núcleo de
la película me parece por tanto, infértil y básicamente
consigue crear unos personajes de comportamiento algo viciado y
arbitrario y un universo que no termina de ser lo coherente que
debiera. Este tipo de planteamientos, a mi juicio mal enfocados,
vienen de una confusión con el concepto de "artificial".
Me interesan más pequeños detalles
que se nos van insinuando en segundo término para la reflexión,
especialmente, usando la figura del clon como metáfora del ser
humano. Por ejemplo, el hecho de que usen el arte para burlar a la
muerte. El que una joven con las hormonas en ebullición busque a su
"yo" en una revista porno. Personajes a la deriva haciéndose las
grandes preguntas, "de dónde vengo", "quién soy" y siendo
condicionados por la conciencia de la muerte inevitable y la vida
siempre corta. Explicitan de forma clara, al final de la película,
que al fin y al cabo, todos, no solo ellos, vamos a morir.
Todo esto narrado con bastante gusto y
demostrando unos interesantes momentos de intimidad entre los clones,
buscando así sus rasgos más humanos. Desde los detalles de la niña
con el niño complicado, hasta las crueles palabras que susurra Keira
Knightley a Carey Mulligan. Un buen reparto, con las dos
estrellas citadas y también Andrew Garfield que con cada
trabajo afianza su versatilidad.
Una interesante estética nostálgica,
más propia del drama romántico, con sutiles elementos de ciencia
ficción, como la máquina para "fichar". Sin duda, otro trabajo
interesante de Mark Romanek a pesar de que el núcleo me resulte pobre.