João Canijo es un director
acostumbrado a los festivales, y antes de dirigir, un colaborador de
cineastas con nombre, como Oliveira o Wim Wenders. Sería, lo que
podemos llamar la primera división portuguesa, aunque sin tanta
repercusión crítica como el citado Oliveira o Pedro Costa. Ahora nos presenta su última película en la sección oficial del Festival de San Sebastián. Un drama
callejero, sucio, denso.
Sinceramente, no me apetece demasiado.
Creo que se va a mover en ese lugar complaciente al que han llegado
muchas películas festivaleras: a copiar a otros que intentan diferenciarse. Paradógico pero cada vez más palpable. Hay ciertas
obras, que queriendo ser diferentes del resto, terminan caminando
por unos pasos ya andados por otros no mucho tiempo atrás. Siempre
pasa en un festival de cine que uno ve películas muy distintas a las
de curso comercial, pero que al final, terminan siendo (algunas, claro) un calco, a
todos los niveles, de otras que vemos en otros festivales.
Espero una película lenta, con mucho
material sobrante y con una estética ya demasiado conocida, que no
nos va a portar demasiado.