Crítica de la película Criadas y señoras por Hypnos

Uno se acerca a la colorida carátula de esta película, Criadas y señoras, y se puede llevar una idea equivocada. O no. La preeminencia del amarillo. Su frase comercial en español "hay secretos que lo cambian todo" o, peor aún, su frase comercial en inglés "el cambio empieza con un suspiro". El tono violeta de las letras. La traducción del título original, The help, al más castizo de Criadas y señoras, viéndose a un lado a unas criadas negras y, al otro, a unas señoras blancas, ambas con aspecto de los sesenta. Esos toques tan chillones pobablemente nos llevarán a una comedia más o menos ligera tratando el tema racial en Estados Unidos. No hay poso de seriedad, no hay poso de análisis de verdad. Quizá otra pérdida de tiempo.

En cambio, y los que son legión de seguidores nuestros, ya sabrán que las películas no acaban en su carátula (desgraciadamente sí que empiezan en ella las más de las veces). De hecho, esta película suena para los Óscars, no con fuerza hay que decirlo.

En la taquilla de Estados Unidos más de 160 millones de dólares, compensando ampliamente los 25 millones que costó, con lo cual podemos estar ante una de las sorpresas de la temporada en la taquilla USA.

La película está basada en el best-seller de Kathryn Stockett, y está dirigida por Tate Taylor, que también elabora  el guión. Taylor es más conocido por su faceta de actor y ésta es su segunda película tras una ópera prima algo tonta llamada Pretty Ugly People.

Pero quizá lo más interesante de la película sea la coralidad de su reparto, casi exclusivo de mujeres, con nombres como los de Emma Stone, Viola Davis, Bryce Dallas Howard, Sissy Spacek o Jessica Chastain, que ha recibido el premio del Festival de Hollywood a la actriz revelación por sus actuaciones en este film, en El arbol de la vida o en La deuda.

Una película larga, de casi dos horas y media, sobre la cuestión racial en Estados Unidos en la década de los sesenta que, además de los tópicos de rigor, entiendo que funcionará por su agilidad y por aquella frase tan manida de la buena química entre las actrices, en este caso.