La verdad es que llego tarde a esta película aunque nunca es lo suficientemente tarde si la dicha es buena. La reiterada recomendación de un buen amigo me lleva sobre la pista de esta película que pasó desapercibida para mí y mis compañeros y a la que me acerco con renovado interés.
Se trata del tercer largometraje de Guillaume Canet, más conocido por su labor como actor que como director. Sus dos anteriores films, Mon idole y No se lo digas a nadie, tenían un poso de thriller que parece haber desaparecido en esta tercera película para dejar paso a un relato más realista, entre la comedia y el drama, y en el que el estupendo reparto llevará la voz cantante y el peso de la película.
Repasando la nómina de actores nos encontramos con Marion Cotillard, ganadora del Óscar por La vida en rosa, y una de las actrices europeas más interesantes; François Cluzet, que ahora mismo está arrasando en medio mundo con Intocable; Benoît Magimel, inolvidable en su papel en La pianista de Michael Haneke; Jean Dujardin, el reciente ganador de un Óscar por The artist.
El guión corre a cargo del propio Guillaume Canet y promete estar hecho de ese material de esperanzas rotas y de sueños y anhelos que nunca terminan de cumplirse ni de desaparecer. A nada que Canet no quiera pasar por encima de su increíble reparto estaremos ante una película de las que te atraparán desde el primer minuto hasta el final, y eso que estamos hablando de un minutaje que excede las dos horas y media.