Ha sido la primera película que he visto de Im Sang Soo, y compruebo desde los primeros compases que puede ser buen cine coreano.
El inicio, la cárcel, las gotas cayendo sobre su cara, su salida, la nieve...pero hay algo que no, que no encaja, que no está en su sitio, que no hace que me la crea.
La historia romántica de amor interrumpido es amena, llevadera, sincera, pero se ve lastrada una y otra vez por la segunda historia (no sé si quizá la principal en la mente del director), la política.
No quedan bien definidos los personajes, ni el contexto (quizá si uno fuese coreano...), ni los enemigos, ni el peligro real, ni los sitios en los que están. Esta parte es muy difusa, y fragmenta y socava la historia de amor, que no deja de ser bastante convencional.
Al contrario de lo que opina en su crítica mi compañero Sherlock, los momentos de cruda realidad me han gustado, me han llegado, y he recibido el mazo como buen cristiano. Sólo que me da la sensación de que hay muchas películas en una. Incluso muchos estilos. Porque a veces me ha recordado más el estilo chino de narración, y otras se asemejaba algo al onírico de Ki-Duk.
Esperaba ver un realizador hecho y derecho, y me he encontrado con buenos mimbres y un artesano que no ha terminado de encontrar el estilo que busca.
Irregular.