Este viernes se estrena la séptima adaptación cinmatográfica de la novela de Maurice Leblanc que da vida a uno de los personajes más interesantes e intrigantes de la literatura francesa: Arsene Lupin.
En esta ocasión el director encargado de la empresa es Jean-Paul Salomè, director de la LAMENTABLE "Belphegor". Esta película era mala a rabiar, pero sobre todo, por su guión y por el tono de la narración. No obstante creo que esta vez Salomè estará sometido al marcaje de una gran producción en la que nos descubrirá que él es un buen director de cine de acción.
Y ahí es donde me derrito: cine de acción francés. Y, yendo más allá, ambientado en el s. XIX. Se sale. La película me la imagino con una cámara imposible, con un ritmo frenético, con muchas escenas de oscuridad, con una luz muy bien tratada, vamos, una película técnicamente intachable. Nada de granulado, que pocas veces viene al caso en el cine francés de acción. La película, asímismo contará con un frenético montaje y tres o cuatro requiebros de guión que nos harán revolvernos en el asiento, como si alguien hubiese arañado una pizarra.
Pero lo mejor de esta película va a ser poder ver a Kristin Scott-Thomas, una actriz a la que tuve ocasión de verla hace muy poco en "Man to man", y quedé gratamente sorprendido ante su potencia en pantalla. Vuelve a sus grandes actuaciones como en "Lunas de hiel", "El paciente inglés", o "Gosford Park". Será una maravilla verla en el papel de la Condesa de Cagliostro. Doy por descontado que le dará la réplica al aceptable papel de protagonista encargado a Romain Duris. Igualmente, la presencia de "la soñadora" Eva Green la acojo con regocijo.
Si todo va bien la película se quedará en un magnífico tres. Es una apuesta, es mi apuesta, e iré al cine con un buen cartón de palomitas para disfrutarla como se merece.