Crítica de la película À l'origine por Hypnos

Mientras buscaba información sobre esta película, he pensado que no había mejor acompañamiento musical posible para dicha tarea que el disco A l'origine de Benjamin Biolay, que aprovecho para recomendarlo a todos mis lectores.

Una de las cosas que más me gustan de cine francés es su capacidad para permitir un caldo de cultivo en el que coexiste lo viejo y lo nuevo con una armonía casi celestial. Podemos encontrar restos de nouvelle vague, con los sucesores de la misma, con el cine que la nouvelle vague denunciaba, con cine de hondo calado humanista, filosófico, burgués, o con la experimentación más endiablada como puede ser Enter the void de Gaspar Noé, y con cine más o menos político o clasista como puede ser el de Robert Guediguian, o esta cinta de Xavier Giannoli. Esta riqueza da cuenta de lo realmente vivo que está el cine francés. Es pura envidia.

Se trata de la tercera participación de Giannoli en Cannes. Con la primera, y presentando su cortometraje La entrevista, logró el máximo reconocimiento; con la segunda, Quand j'e etais chanteur, consiguió estar en la selección oficial, sin recompensa alguna, y con una apuesta excesivamente francesa, en la que recuerdo que los únicos que se lo pasaron bien en el pase de prensa convencional fueron los críticos franceses más entrados en edad, con el despliegue de facultades vocales de Gerard Depardieu.

En esta ocasión vuelve a la carga con Depardieu al frente y con una película que pretende hablar de las clases desde una perspectiva del siglo XXI, y con una duración mastodóntica, dos horas y media, que puede provocar que la película no llegue. Me preocupa un discurso fuera de lugar, y que los personajes, más allá del principal, no estén bien definidos. Necesito creerme e interesarme por ellos si quieren que esté tanto rato preocupado por sus vidas. La vida en la Francia profunda no es siempre interesante.

La película estará otra vez en Cannes, habrá que esperar a una reacción tibia.