Crítica de la película Lola por Hypnos

Para todo aquel que entre un tanto despistado: esta película es filipina.

Para todos aquellos que sabemos lo que buscamos, estamos ante la nueva película de Brillante Mendoza, uno de los nombres propios de la cinemtografía filipina o, mejor dicho, de la nueva ola de cine filipino. Los máximos exponentes de la misma son el propio Mendoza y Raya Martin, cuyo próximo proyecto se ha rodado en España y contará con Pilar López de Ayala como protagonista.

De la misma manera que en los festivales de los últimos años se puso de moda la aparición de cintas rumanas, el cine filipino independiente se ha hecho su hueco con las películas de estos jovencísimos artistas. De Brillante Mendoza he tendio la oportunidad de ver Serbis, una película muy interesante que define a la perfección este cine de no ficción/ficción que nos llega desde Filipinas. Es curioso que, tal y como tuve la ocasión de leer una vez, este cine que se llega a estrenar en España no tiene excesiva cabida en Filipinas, donde el público está más acostumbrado a obras de otro perfil más comercial. ¿De qué me sonará a mí esta cantinela?

Con Lola, Mendoza participó en el último festival de cine de Venecia. Y para no llevarse a engaño, Lola significa abuela en tagalo. Y las protagonistas son dos mujeres entradas en años que, aunque pudiera parecerlo, son actrices profesionales. De ahí el comentario realizado anteriormente sobre ficción/no ficción.

Cine de sentimientos a flor de piel en el que prima la atmósfera, en el que el barrio de Manila en el que está rodada la película se nos va a pegar en la butaca. Un abuso de formas cinematográficas radicales con cámara en mano y aspecto no profesional que esconde, para su edad, un muy sabio uso de las nociones cinematográficas. Una historia de conflictos imposibles con la que intentar sacar alguna conclusión muy humana.