Zabaltegi tiene películas sobrevaloradísimas. Lake tahoe puede de ser una de ellas. Temporada de patos fue el primer largometraje del mexicano Fernano Eimbcke y Lake tahoe es la segunda película que dirige. No vale la novatada así que hay que ser severos. Y es que este director ha pasado por Cannes, Berlín y Sidney. No es tontería. Algo tendrá. Algo le hará especial.
Me estoy volviendo inseguro y exigente. Inseguro porque tengo miedo del tortazo que nos puedan dar. Exigente porque harto de tanto sopapo cinematográfico me da miedo creer y dar oportunidades. Lake tahoe desde un principio es caballo ganador pero en el Festival de San Sebastián el público también opina y es severo cuando hay que serlo. No me vale contar cualquier desgracia, cualquier miseria. Ya he tragado mucho Horizontes Latinos y en general soy asíduo del cine latinoamericano que mantiene una identidad respecto a Europa y Estados Unidos que se olvidan cada vez más de esta.
Diego Cataño repite con Eimbcke después de Temporada de patos. Con varios trabajos a sus espaldas, Cataño es el capataz porque el resto del reparto es gente a verlas venir, alguno con una serie española en su currículum pero nada importante. Toca descubrir joyitas, me gusta porque de estos trabajos salen nuevas perlas para el futuro. En México no son novatos en esto de presentarse a festivales y se las saben apañar bien para contar lo suyo. También para contar otras historias que pueden ocurrir en su país o en el resto del mundo. Ahí voy, pido el desprendimiento de la coraza nacional y quiero historias singulares, sin perder el estilo mexicano más personal claro está, pero caminando con el horizonte puesto en el futuro. Pido arriesgarse. Veámosla pues. De momento, me mantengo a distancia. Si es una piedra, cuanto antes mejor.
Ritmo, narración con recursos varios y no vender el bostezo a la primera de cambio son condiciones que le harán seguramente subir esta nota tan baja desde un principio. Suerte.