El cine nórdico está en estado de gracia. Lo hemos podido ver con películas como Himlens Hjarta, Thomas o Den du frygter en el Festival de San Sebastián de éste año. Parece que éste buen momento también ha llegado al género de terror. Por eso es fácil que mis compañeros tengan sus expectativas a tope con ésta película. Porque la idea que la sustenta es buena y porque la película es nórdica.
Personalmente pienso que el cine de vampiros siempre tiene algo que ofrecer. Se han hecho muchas películas con los chupasangre de protagonistas, pero creo que siempre les quedan posibilidades que explotar. Mi mayor miedo es que el vampirismo se utilice en ésta película para hacer crítica social de brocha gorda. La metáfora es evidente. Y ese es el gran peligro de las películas de éste género: lo evidente. Por eso deberá moverse sutilmente por los mecanismos del cine de vampiros sin apretar con demasiada fuerza ninguna tecla para conseguir una melodía totalmente afinada.
Esperando lo mismo que mis compañeros, me quedo a la espera de verla.