Pen-Ek Ratanaruang está considerado como uno de los mejores directores de la nueva generación del cine tailandés. Se trata de un autor con una dilatada carrera como cineasta, además de un reconocido artista y publicista. De este realizador se puede destacar sobre todo su pretenciosidad, patente por ejemplo en una de sus obras más famosas, Last life in the universe, rodada en tres idiomas diferentes. Con Ploy, Ratanaruang asume un reto igualmente arriesgado como lo es el de manejar una historia desarrollada a través de tres personajes encerrados en una habitación de hotel. Lo cierto es que sabemos perfectamente los peligros que entraña este tipo de iniciativas: el ritmo, los personajes y la historia han de estar tremendamente cuidados si no se quiere aburrir al espectador menos atento.
El film destaca asimismo por contener ciertas escenas de sexo, censuradas a la hora de estrenarlo en su país de origen y que aquí podremos ver íntegramente. A nivel de reparto, intervienen una serie de actores desconocidos para el público occidental pero que prometen realizar una labor más que notable. Su paso por la Quincena de los realizadores de Cannes no tiene por que significar que se trate de una buena película. Muy al contrario, Ploy contiene todos los elementos necesarios para convertirse en un producto artificial y demasiado tedioso, un drama psicológico capaz de hastiar hasta al público más experimentado y paciente. No obstante, siempre resulta interesante acercarse a producciones de países tan alejados como lo es Tailandia.