Echo un ojo a la cartelera y me doy cuenta al momento de qué película esperan mis compañeros que precritique... Así que a ello me pongo: Ella es el partido.
Mo me imagino a Sherlock disfrutando con esto. Yo, en cambio, sí lo haré. Pero voy a estar de acuerdo con él (intuyo) en algo: una película así para un director que venía demostrando que quería pegar fuerte puede resultar un pequeño frenazo. Al final, como todo, dependerá de cuál sea su próximo paso.
Tras Confesiones de una mente peligrosa y Buenas noches, y buena suerte, el George Clooney director se descuelga con una comedia de aspecto ligerísimo y que destila aroma clásico por todos sus poros. El resultado va a ser exactamente como lo imaginamos. Gags envueltos en diálogos velocísimos y cargados de segundas y terceras vueltas y significados, con una chica mona (o no tanto: a mí la Zellwegger nunca me ha entrado por el ojo) entre varios aspirantes. Algo así imagino.
Desde luego, es tan sencillo como esto: el que disfrute todavía hoy en día con películas como Historias de Filadelfia y similares virguerías del género, seguramente se lo pase la mar de bien con Ella es el partido (de nuevo, tontuna "traducción" del título original: Leatherheads). Los que no, que se olviden.
Y a tenor de los flojos resultados en la taquilla yanqui, cada vez son más los que no se sienten atraídos por este tipo de viejas propuestas.
¿Un parón momentáneo en la carrera de Clooney como director? Puede ser. Pero yo no me lo pierdo haciendo de galan cómico en tono clasicón.