Lo cierto es que el señor Smith consigue a pesar de los registros un tanto estúpidamente simpáticos llegar a un público lleno de admiración por el star del firmamento de la farándula, pero también a un público escéptico que simplemente admira su capacidad para integrarse en el papel sin desmedirse. Si a esto le sumamos una intención risueña en forma de comedia no encubierta, una intención de divertimento y los justos sermones de moralidad junto a un personaje totalmente distinto al protagonista atractiva al que se le deja también destacar, estamos ante una comedia elaborada y tranquila que cae simpática o al menos no defrauda. Parece sencillo pero no lo es. Ser justo en el cine comercial está a la altura de pocos, porque en este film incluso la temática de ligón guía a torpe, ligón sufre una lección es difícil de tratar con mesura y sin alejarse de la intención disfrazándola de arte y ensayo como algunos pretenden. Glamour y comedia se terminaron. Respeto al espectador es el nuevo camino.