En este mundo en el que vivimos en el que realidad y blogosfera parecen confundirse, la mayor parte de nuestros bienamados lectores se habrán quedado con el título, concebido a conciencia en forma de tag, para que el que quiera se dé por enterado, y el que no deba aún soportar este párrafo que nada tiene que ver con él.
Un último parrafito para los incrédulos, aquellos que aun no interesándole la película, o todo lo contrario, hayan entrado para ver si se trataba de un error. Pues no, no es ningún error, esta película italiana tiene el mismo título en castellano que la última película de James Gray, interpretada por Joaquin Phoenix y Eva Mendes.
Centrándome ya en las filas que aún permanecen a la lectura, les explicaré el proceso que me ha llevado a parir el tag del título, para que no se piense nadie que aquí hacemos las cosas en aras del azar.
Se trata de la última colaboración entre dos tipos de prestigio en Italia, donde han roto taquilla con alguna comedia que no había conseguido aterrizar en nuestras carteleras. Hablo de Paolo Genovese y de Luca Miniero. Tras haberme pasado un año viviendo en Roma puedo decir que el humor de los italianos, pese a estar en el tag mediterráneo, dista mucho del español y, en concreto, dista mucho del que a mí me agrada.
Tal y como sucede con gran parte del cine que se hace en Italia, en eso sí que estamos en el mismo tag sin pega alguna, no hay película sin tema social. En este caso: el choque de culturas distintas. Con la contundencia de una ensalada y el toque de una salsa cocktail, en un plato que seguro no será del gusto de todos. Para aderezar y culminar la mezcla, un poco de música.
Confiemos en la frescura de la pareja protagonista: Massimiliano Bruno y Valentina Izumi. Un par de perfectos desconocidos por nuestros lares.
Gracias por su paciencia.