No nos engañemos. Ésta es otra de esas comedias tontas americanas que Hollywood hace como rosquillas. Son sus amores y desamores estandar, con su protagonista friki, con la chica guapa y con un hilo conductor de lo más trillado. Aquel que vaya al cine en busca de algo medianamente original debe huir de ésta película.
Lo que pasa es que dentro de éste tipo de películas, las cosas se pueden hacer bien o se pueden hacer mal. Es difícil que te hagan soltar una sonora carcajada, pero es de agradecer que aunque sea estén hechas con mimo. En éste caso creo que será así. Lo que más miedo da es que Jason Seagel, el protagonista, sea también el escritor. Se trata de un actor conocido en Estados Unidos y que ha triunfado en la pequeña pantalla. El hecho de que haya escrito una película para ponerse a si mismo como protagonista es un argumento de doble filo para la película: por un lado es de esperar que la película esté cuidada con ese mimo del que he hablado antes, pero por otro lado da miedo pensar en una historia hecha por un cómico que busca su propio lucimiento.
Sea como fuere y pese a que no suelo recomendar bajo ningún concepto ver éste tipo de subproductos manidos y trillados, en éste caso si que creo que se puede pasar un buen rato mientras tengas claro al sentarte en la butaca que lo que vas a ver ya lo has visto mil veces.
Con cuidado.