Crítica de la película Mother of mine por William Munny

La lentitud era el condicionante más importante de todos, y desde luego lo ha sido. Ha conseguido que la historia se ralentize bastante, que no demasiado, y bajado mucho el énfasis y las ganas por seguir las evoluciones de un niño extrañamente buen actor. Pero eliminando este obstáculo no demasiado alto, podemos centrarnos en las escenas, una por una necesarias, que nos brindan las explicaciones y sentimientos necesarios, para seguir sin pasión pero con sentimiento todo el drama.

Se echan de menos muchas cosas, la guerra no solo de oidas al principio del film, más palabras del niño, o algo más de emoción en las venas de unos personajes que sienten mucho pero a veces hay que adivinarlo. Puede ser que se trate de matices que solo el mundo nórdico sea capaz de destacar.

Por otra parte, se podría haber jugado más con la idea de la madre en Finlandia, no nos ofrecen ni mucho menos más que cuatro planos de ella y su periplo con el alemán misterioso, consiguiendo que al final simplemente nos sepa a poco un film con muchas espectativas pero corto en contenido. Seguro que la novela reventaba mucho más las ideas de la historia dramática.

El futuro en blanco y negro, como si ya no fuera importante, es simplón pero suficiente. Algo más de este futuro que se entiende de manera tan rápida por falta de minutos con ella, también podría haber sido ampliada. Una pena que no se haya profundizado con más adornos. En esta ocasión la sencillez y simpleza nórdica ha sabido a poco.